Soy hacedor de mis elecciones
y responsable de sus consecuencias. Ser cuidadoso con nuestras palabras es también
una decisión personal. Cuando
emito un juicio hacia otro estoy eligiendo como quiero vincularme, que tipo de
relación quiero sostener.
Las palabras son mitad de
quien las emite y mitad de quien las recibe. Para lograr una comunicación efectiva dar por supuesto que el
otro recibe lo que deseamos expresar es partir de una premisa equivocada. Si mi mensaje no llega de la forma
esperada probablemente sucedieron dos cosas:
- 1. Mi mensaje fue emitido en forma errónea
- 2. El receptor lo interpreto desde las emociones de sus experiencias pasadas
Las palabras son sencillas
pero complicadas a la vez. Pueden ser constructivas o destructivas según las
formas en que se las exprese.
Por lo tanto, cuando emitimos un
juicio deberíamos tomarnos un tiempo para elaborar cual es la mejor forma de
hacerlo, ya que, tiene importantes consecuencias en nuestros vínculos con el otro y el
logro de objetivos en común. Nuestras palabras pueden erosionar la confianza
que los otros tienen en nosotros y desmerecer la autoestima de quienes nos
rodean. Nuestros mensajes deben
ser congruentes con aquello que decidimos ser.
Antes de emitir una opinión deberíamos
analizar su fundamento y preguntarnos que es lo que queremos lograr a través
del mismo.
Existen tres rejas que podemos
tener en cuenta antes de enunciar nuestro juicio de valor
- 1. Es cierto: con esto nos referimos a pensar si se trata de un comentario que escuchamos, es una opinión producto de nuestras vivencias pasadas, o si se trata de un hecho.
- 2. Es constructivo , es destructivo: midamos antes de emitir nuestra opinión si va a agregar un valor o simplemente es una descarga temporal que disminuye la autoestima del otro.
- 3. Es absolutamente necesario: a veces la inacción es mas beneficiosa que la acción cuando no se tiene en claro las consecuencias que puede generar o si el costo de esa acción tendrá altas consecuencias no deseadas.
Nos encontramos emitiendo
opiniones diariamente, muchas veces sin ser siquiera conscientes. Esto sucede en nuestra zona de confort
pero podemos elegir salir.
No es fácil realizar un
cambio, pero siendo conscientes que tenemos la posibilidad de pensar antes de
expresar una opinión, tenemos la libertad de elegir que es lo que deseamos
transmitir y como queremos construir nuestras relaciones.
Yo ya elegí y vos?
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