Desde chicos nos enseñaron a
pedir perdón cuando nuestras acciones no eran las esperadamente correctas.
Quien no escucho de sus padres la frase imperativa ”vas ya a pedir perdón por contestarle mal a la
señora” o “ le pedís disculpas a tu hermano por
pegarle”. Sin embargo, en este énfasis de enseñarnos a hacer lo correcto no nos
explicaban que el saber perdonar y perdonarnos tendría
una importancia vital en nuestras vidas.
Entre esas ordenes correctivas,
nadie tomaba en cuenta, si estábamos enojados, nos habíamos sentido amenazados
y si pedir ese perdón implicaba sentirnos obligados y sometidos.
Cada experiencia esta asociada
a un recuerdo en nuestro inconsciente que se relaciona con una emoción. Esta combinación
es el resultado de nuestros actos. En síntesis, si el perdón se asoció a una emoción
positiva, probablemente, tengamos mas habilidades para manejar las disculpas, en
cambio, si esta vinculada a una imagen de sometimiento nos sentiremos presos en
la palabra perdón.
Esta mal tratada palabra perdón
merece una reivindicación para aquellos que desean iniciar un cambio en sus
vidas y de esto que trata este articulo.
“Perdonar es dejar de desear que el pasado sea distinto.”
Perdonar no implica someterse
ni agachar la cabeza. No significa validar el comportamiento del otro. Es simplemente dejar ir el enojo,
liberarnos y ser congruentes con la armonía y equilibrio que deseamos en
nuestra vida.
Un buen inicio es comenzar a
perdonarnos a nosotros mismos, elevando, así nuestra autoestima y la confianza
en nuestras palabras y promesas. La paz comienza por uno mismo
. Poner limites con amor es síntoma de una personalidad sana.
Te dejo una tarea con estas
preguntas:
- · Hay alguien a quien deberías perdonar y siempre lo pospones?
- · Estas dispuesto?
- · Cuando lo harás?
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